I could say that Bryology has been my passion since I was a child, but it was not exactly like that. I was born in Albacete, south-east Spain in 1986. I loved nature and going to the forest, but I must admit that there was not a scientific reason behind this pleasure. I don’t remember asking myself big questions about mosses. I just wanted to play in the forest and experience the wellbeing that nature provides.
Some years later, still loving nature but indifferent to science, I started a bachelor’s degree in environmental science at the Universidad de Murcia (Spain). During those years, my interest in research was growing. However, it was something abstract and far removed from my day-to-day life at university.
I finished my studies at a time when Spain was suffering an unprecedented economic crisis and career prospects for young people were bleak. At that moment, completely by chance, I came across a scholarship offering a PhD on the taxonomy of the moss family Pottiaceae. I didn’t know a lot about Pottiaceae, but I applied, and I got the scholarship. For five years, I worked under the supervision of M.J. Cano and J.A. Jiménez in the Research Group “Biología, ecología y evolución de briófitos y espermatófitos”, at Universidad de Murcia. I will always remember the first time I looked at a moss with a stereo microscope. That “miniature forest” captivated me and, I quickly fell in love with mosses. I spent many hours using the stereo and the light microscope, trying to establish the limits between moss species. The time flew by! In addition, during my PhD, I was fortunate to work with amazing people in several research centers (Murcia, Brasilia, Stockholm, Helsinki, Edinburgh, and Connecticut), to participate in several congresses and scientific meetings (such as those of the Sociedad Española de Briología), and to do fieldtrips in South America. I have wonderful memories of those years.
Just after finishing my PhD, I went to Nicaragua, and I spent six months collecting mosses in the volcanos of that country in order to provide a checklist of mosses of the west coast of Nicaragua. I faced challenges to research posed by the country’s economic situation, and at the same time, I had the chance to discover breathtaking natural landscapes and share my day-to-day life with kind and generous people. My stay in Nicaragua reminded me that there were more important things than scientific productivity. It was certainly one of the most special experiences of my life.
It was in May 2018 when my research career took an unexpected turn towards lichens. I moved to Quebec (Canada) to join the research group of J.C. Villarreal, at Université Laval. From that moment on, I’ve been using a genomic approach to study the population structure of reindeer lichen species and the microbiota associated with them. My projects on lichens have allowed me to understand ecosystems and organisms from a broader perspective. Thanks to these projects, I am now asking myself big questions about mosses. I am confident that eventually I will return to study them, and I would really like to do it combining my previous experience in taxonomy with the new -omics technologies.
Finally, I want to thank to all those who in one way or another have been, or are, part of this amazing trip.
If you want to know more about my research, visit my profiles in Google Scholar and Research Gate!
Podría deciros que la briología ha sido mi pasión desde niña, pero no fue exactamente así. Nací en Albacete, sureste de España, en 1986. Me encantaba la naturaleza e ir al campo, pero debo confesar que no había una razón científica que justificase ese interés, ese amor por la naturaleza. No recuerdo haberme hecho grandes preguntas sobre musgos, solo quería jugar en el campo y experimentar el bienestar que proporciona la naturaleza.
Unos años más tarde, todavía interesada por la naturaleza, pero indiferente a la ciencia, empecé la licenciatura de Ciencias Ambientales en la Universidad de Murcia (España). Durante esos años, mi interés por la investigación fue creciendo. Sin embargo, percibía la investigación como algo abstracto y alejado de mi día a día en la universidad.
Terminé la licenciatura en un periodo en el que España sufría una crisis económica sin precedentes y las perspectivas profesionales para los jóvenes eran nefastas. En ese momento, totalmente por casualidad, me crucé con una beca para realizar un doctorado en taxonomía de la familia de musgos Pottiaceae. Honestamente, no sabía mucho sobre musgos, pero me presenté y conseguí la beca. Durante cinco años trabajé bajo la supervisión de M.J. Cano y J.A. Jiménez en el Grupo de Investigación “Biología, ecología y evolución de briófitos y espermatófitos”, en la Universidad de Murcia. Siempre recordaré la primera vez que vi un musgo con un microscopio estereoscópico. Aquel “bosque en miniatura” me cautivó y, rápidamente, me enamoré de esas plantas. Pasé muchas horas de estereomicroscopio y microscopio óptico intentando establecer los límites entre las especies de musgos. ¡El tiempo se pasaba volando! Además, durante esos años, tuve la suerte de trabajar con gente increíble en varios centros de investigación (Murcia, Brasilia, Estocolmo, Helsinki, Edimburgo y Connecticut), de asistir a congresos y reuniones científicas (como las de la Sociedad Española de Briología) y de participar en expediciones de recolección de musgos en Sudamérica. Tengo recuerdos super bonitos de aquellos años.
Justo después de terminar la tesis me marché a Nicaragua. Allí pasé seis meses recolectando musgos en los volcanes del país con el fin de actualizar el catálogo de musgos de la costa occidental de Nicaragua. Me enfrenté a los retos que planteaba la situación económica del país y, al mismo tiempo, tuve la oportunidad de descubrir paisajes impresionantes y compartir mi día a día con un pueblo amable y generoso. Mi estancia en Nicaragua me recordó que había cosas más importantes que la productividad científica. Fue, sin duda, una de las experiencias más especiales de mi vida.
En mayo de 2018 mi carrera investigadora dio un giro inesperado y empecé a trabajar con líquenes. Me trasladé a la ciudad de Quebec (Canadá) para incorporarme al grupo de investigación de J.C. Villarreal, en la Université Laval. Desde ese momento, he estado aplicando un enfoque genómico para estudiar la estructura poblacional de algunas especies de líquenes y la comunidad microbiana asociada a ellos. Mis proyectos sobre líquenes me han permitido comprender los ecosistemas y los organismos desde una perspectiva más amplia. Gracias a estos proyectos, ahora me hago grandes preguntas sobre los musgos. Confío en que con el tiempo volveré a estudiarlos, y me encantaría hacerlo combinando mi experiencia previa en taxonomía con las nuevas tecnologías -omics.
Para terminar, quiero dar las gracias a todas las personas que, directa o indirectamente, han formado parte de este increíble viaje.
Si queréis saber más sobre mi trabajo podéis visitar mis perfiles en Google Scholar y Research Gate!